Liliana Vanegas, en una de las audiencias.
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@JRodzMIA

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Las ‘encantadoras’ andanzas de la ‘Yayita’ colombiana en EE.UU.

Su atractivo físico atrapaba fácilmente a sus víctimas.

Su belleza física y juvenil es razón suficiente para que Liliana Vanegas llame la atención de los hombres.

A sus 24 años de edad, Liliana, de origen bogotano, decidió penetrar a un complicado mundo rodeado de prostitución y delincuencia. Para ella no resultaba difícil insinuársele a los hombres, atraerlos, entrar en confianza con ellos y citarse para relaciones íntimas con un solo propósito: drogar a sus victimas y despojarlas de sus pertenencias, especialmente relojes de alto valor (Rolex y Panerai), cadenas, celulares y dinero en efectivo, fundamentalmente.

Los registros judiciales de las autoridades de Miami indican que Liliana, conocida como la ‘Yayita’ colombiana, escogía estratégicamente los sitios lujosos, pues con ello garantizaba la presencia de hombres con poder económico como sus potenciales víctimas.

En estas peligrosas andanzas, Liliana Vanegas no actuaba sola. Su principal cómplice era Francisco Trujillo, también bajo arresto, quien recogía a la atractiva joven después de cometer los ilícitos. A ellos se suma otra mujer, que aun no ha sido identificada por las autoridades.

En la última audiencia Liliana dijo carecer de recursos para contratar defensor.

Un primer caso en los registros sucedió en un bar de Miami Beach. El 16 de febrero de este año Liliana y otra mujer conocieron a dos hombres, luego se fueron a casa de uno de ellos, los drogaron y les robaron 13.700 dólares.

Este mismo modus operandi lo siguieron aplicando en los demás casos.

Otra de sus víctimas fue Robert Moccia, en Mango´s en South Beach, a las 4 de la mañana del 19 de febrero de este año. Confiado se fue con ella ilusionado de un amanecer de pasión, pero rápidamente quedó doblegado por la droga que le suministró en la bebida. Cuando despertó, su Rolex  y otras joyas habían desaparecido.

El 21 de febrero fue Liliana quien en un club nocturno se le insinuó a la víctima, quien terminó llevándosela hasta su casa bajo la inocencia de creer haber logrado la ‘gran conquista’ y que con ella podría satisfacer sus apetitos sexuales.

El hombre estaba alejado de la realidad pues sus deseos fueron truncados por una droga que lo durmió y cuando despertó se encontró con la sorpresa que habían desaparecido un Rolex de 35 mil dólares, un Panerai de 13 mil dólares, una cadena de oro de 1.500 dólares, gafas de sol de 800 dólares, más la billetera, celular de alta gama y las tarjetas de crédito.

El 10 de marzo, en un caso idéntico, Liliana y su cómplice terminaron en el apartamento de una de las víctimas, llevándose un brazalete, dos relojes de 800 dólares y 10.000 dólares en efectivo.

Luego, el 26 de marzo fue un turista canadiense, Arvin Malhi, quien cayó en los encantos: terminó con Liliana Vanegas en el Hotel Loews de Miami Beach y terminó sin su Rolex más 28 mil dólares en efectivo.

Liliana acompañada de otra mujer no identificada.

Un Médico de Los Ángeles, Jacob Sedgh, también figura entre las víctimas. Se conocieron en el Club Nocturno Mynt en Miami Beach. Como en los casos anteriores, terminaron encerrados en una habitación. Él se quedó dormido y al despertar no encontró un reloj Panerai mas 10 mil dólares en efectivo.

En otro caso, en Bayshore Drive, la víctima fue despojada de 30 mil dólares.

Tras su arresto la Policía publicó sus fotografías, lo que hizo que otras personas la denunciaran, no solamente en Miami sino desde otras ciudades de Estados Unidos. Lo que indicaría que sus andanzas irían más allá de lo que se sabe hasta ahora.

En una de las fotografías publicadas por las autoridades ella aparece acompañada de una mujer que registra un enorme tatuaje en su espalda.

Liliana Vanegas enfrenta tres cargos: envenenamiento en bebida y comida, robo y posesión de drogas. Su abogado defensor dejó de asistirla por una deuda de 5 mil dólares.

Las autoridades creen que se puede tratar de muchos casos más. Sin embargo, algunos de los hombres víctimas de los encantos de Liliana no se atreverán a denunciar, por las explicaciones que tendrían que darle a sus esposas.

Con información de www.telemundo51.com y Nuevo Herald